Archivo de autor: María del Pilar Novoa Salvador
Yo diría que ser líder es algo más que simplemente tener capacidad de generar riqueza. Ser líder es asumir la responsabilidad de que tú en esa posición has de dar más que todos. Y eso no es sencillo, cuando solo se espera recibir. Ser líder supone reventar los convencionalismos sociales cuando éstos son fuente de injusticia social, es decir no a la hipocresía y asumir que ninguno de tus amigos multimillonarios como tú encontrará compresión de un cambio impulsado por la propia vida.
Una cosa que todos se preguntan a veces es si avanzamos realmente en la tierra, si estamos siempre igual, o si vamos como los cangrejos hacia atrás. Hay tanta polémica al respecto que nadie quiere pararse a pensar si es importante hacer algo por mejorar las cosas. Nadie piensa en el porvenir sin miedo, porque los retos a muchos niveles, principalmente ecológicos, son tantos y de tan difícil solución que ya nadie cree que el futuro puede remediarse. De hecho, las utopías que un día estuvieron de moda ahora son cambiadas por las distopias. Qué difícil es mirar hacia delante con optimismo.
Estamos en pleno verano, con mi familia y amigos de vacaciones, y yo estoy aquí, en mi casa, escribiendo un libro. Sin embargo, sé que no he hecho más que empezar la faena y ya quiero diversión. Tengo ganas de salir, de quedar, de disfrutar del buen tiempo, pero ese libro no quiero hacerlo esperar y he decidido dedicar el mes de agosto a él. Solo quedan tres días para que empiece agosto y ya me voy dando cuenta que decidir escribir tiene unas ventajas grandes porque me encanta dar a conocer lo que me sopla el corazón, pero por otro lado pierdo cosas que no estarían nada mal gozar. Así es la vida, llena de momentos, y cada uno tiene sus aspectos positivos y negativos. Si nos empeñamos, podemos ver algo que enturbia los mejores momentos, y al revés, podemos encontrar lo mejor en medio de la adversidad. Siempre que elegimos algo estamos diciendo que no a un montón de cosas, pero a la vez aprender a conformarnos con lo que llega y estar abiertos a que la vida nos sorprenda de múltiples maneras es un modo de vivir que nos regala siempre experiencias con las que crecer.
Hemos todos vivido no hace mucho una pandemia. Cada uno la vivió a su manera. Unos se encerraron para llorar, y otros para disfrutar. Una misma situación se vivió de modo muy distinto por unos y otros. La verdad es que la vida funciona siempre así. Ante determinadas situaciones algunos sufrimos mucho, mientras que otros no. Y la clave como siempre no es tanto lo que nos pasa, aunque a veces sí, sino cómo vivimos lo que nos está sucediendo. Para ser clara, todos tenemos los recursos para reponernos de la adversidad, pero no todos los hemos descubierto. La clave no está en que yo pueda experimentar algo, la clave está en que yo pueda de verdad rescatar dentro de mi qué de lo que siento me indica que debo parar un poco o continuar. Escuchar lo que sentimos es realmente lo más importante. Si no escuchamos nuestro interior estaremos a la deriva, dando bandazos, cambiando de opinión constantemente, temiendo los cambios, resistiéndonos a abrir el corazón, todo ello porque tememos perder nuestra zona de confort.
Creerás que lo que escribo como título es una insensatez, una barbaridad, un sacrilegio, una difamación severa, pues no. Esta es la verdad que si lees atento hasta el final descubrirás. Empiezo primero contándote cómo todos esperamos que sea la vida la que nos dé a nuestro antojo, para que después con un simple y sencillo ejemplo personal descubras de qué está hecha en realidad la guerra entre Ucrania y Rusia, y de cómo entre todos podemos detenerla. No cabe duda de que solo un pacto amistoso mediado por alguien que esté a satisfacción de ambas partes será la solución a dejar de matarnos, porque nos matan un poco cada día a todos, y ya estamos todos involucrados en esto a nivel mundial, de una manera o de otra. Si quieres que la guerra acabe, es preciso que acabemos con la guerra dentro de nosotros mismos, de lo contrario nada funcionará.
No sabemos muy bien cómo podemos amar a otras personas si en realidad no son tan perfectas cómo quisiéramos. Deseamos personas que nos den de todo, que nos hagan sentir amados, que nos cubran un sinfín de necesidades. Y cuando llega el momento de vivir esas situaciones, observamos que esas personas desean exactamente lo mismo de nosotros. Y la cosa no se queda allí, sino que cómo ninguno podemos cumplir esos deseos, comienzan las desavenencias entre las personas, que nos llevan a plantearnos si queremos seguir al lado de alguien que hemos descubierto no es perfecto.
Todo mundo quiere ser bueno, o al menos parecerlo, que todos piensen de ellos lo mejor. Por supuesto no todos nos comportamos bien, siempre hay momentos en que fallamos; sin embargo, la mayoría de la gente no admite haber fallado. Quieren que, por encima de todos, les sigamos considerando que son buenas personas. Si no fuese así, no habría tanta gente con reputación un tanto dañada que hace filantropía para parecer bueno.
La felicidad está al alcance de todos, pero cada vez que la buscamos desaparece. Es necesario saber que solo has de buscar hacer feliz al resto cuando estás realmente sintiendo ese deseo. Ello te llevará a amar mejor y desde allí nacerá la fuente de la alegría y de la felicidad auténtica. No es buscando nuestro interés personal como seremos felices. Eso ya llevamos haciéndolo mucho tiempo sin éxito y las nuevas tecnologías no nos están siendo útiles para conseguirlo. Porque la verdadera revolución no es tecnológica, sino la que puedes hacer dentro de tu corazón, tú mismo, tú misma.
Hay muchas personas que intentan encontrar un camino distinto para ser feliz. No quieren adaptarse a lo más convencional, sino hacer algo totalmente diferente, siempre que eso sea lo que les mueve por dentro. Atendí en terapia a Diana Tallo, una profesora de yoga, escritora de Mochilamérica, viajera, y cocreadora junto con Mike, su pareja, de un proyecto super bonito llamado “Tenerlife.es”
Tú eres SoySol
Si has perdido la confianza en el ser humano o incluso en ti mismo, nosotros venimos a decirte que creemos en ti. Nuestro sueño es posible.